Antonio es otro niño, que cumplirá en marzo, y que junto con Iris, forman la comunidad de bebés/as y niños/as de Raíces y Flores, en esta maravillosa aventura que es compartir nuevas formas de criar, educar y crecer.
Vamos andando, construyendo nuevos materiales, espacios preparados y cálidos, estrategias y procesos con el co-protagonismo de bebés/as y niños/as, que tienen ahora menos de 3 años.
Poco a poco Raíces y Flores sigue creciendo, a un ritmo respetuoso con los/as niños y niñas, acompañando cada situación de conflicto, incertidumbre, duda e ilusión.
Ya se ha incorporado Laura, otra niña, que con su energía hará que este proyecto vaya tomando un rumbo diferente, la pasión con la que tomamos nuestro trabajo, nos hace seguir ilusionados, soñar con que podemos apoyar el desarrollo de más bebés/as y niños/as. Es un trabajo complejo y de enorme compromiso el que cada día realizan los/as profesionales: educadores/as, acompañantes, dinamizadores/as, facilitadores/as, y la función de las familias en todos estos proyectos.
Facilitamos y acompañamos no sólo el proceso de crecimiento y maduración de los/as bebés/as y niños/as, sino también todas las dudas que emergen de la vida cotidiana de una familia, aprendemos con nuestro trabajo e intentamos vivir dignamente de lo que hemos decidido sea nuestra profesión.
Este año, es un año de consolidación de haceres, de disfrutar y construir nuevos procesos de educación libre, como el que hemos puesto en marcha en Almensilla, ahora con la participación de niños/as y jóvenes en el Programa "Almensilla (Con)Suma Responsabilidad", que ha sido reconocido por la UNIA en su convocatoria Cooperación e Infancia.
Sumando aliados a la causa de la educación democrática, la participación de niños/as y jóvenes, la educación libre y el vivir consciente, más pronto que tarde empezaremos a construir el proyecto de Educación Libre y Crianza en Comunidad para niños/as de 6 años en adelante.
Así es que si hay familias y profesionales que deseen ir construyendo esta utopía, ya saben que Raíces y Flores, y por ende la Asociación Enredando Encuentros empieza su andadura con paciencia, pero sin pausa, siempre mirando al horizonte para no perder la utopía.