Hace aproximadamente dos meses y medio empezamos a escribir
un artículo sobre la artificialidad y tecnologización de los espacios de educación y juego infantil, la dificultad que viven el bebé/a y niño/a en sus primeros años de vida para relacionarse cotidianamente con elementos naturales, y la importancia de estos para su desarrollo sensoriomotor, porque son estímulos que resultan menos agresivos (modulacion y gradación) y más diversos en sus colores, sonidos, texturas, olores y sabores que hacen madurar progresivamente la percepción e interpretación de los estímulos a través de los sentidos. Y por último, y no menos importante, el interés del descubrimientos e investigación que el ser humano realiza desde sus primeros momentos de vida para entender, dar contenido e interaccionar con el entorno físico, social, cultural y natural.
Al parecer las últimas investigaciones siguen ahondando en la importancia de los entornos preparados y respetuosos para con los/as bebés y niños/as, además señalan que el entorno familiar, o lo más parecido a éste es el espacio de crianza y educación idóneo, es por ello que consideramos que Raíces y Flores está en consonancia con el Informe e Investigación:
“Planteamiento, situación y perspectivas de la educación de 0 a 6 años” realizado por la Plataforma Estatal en Defensa del 0-6, y presentado en abril de 2012. Puesto que las relaciones afectivo-emocionales que se dan en un entorno familiar que genera confianza, seguridad, apoyo, cariño, amor, ilusión, respeto, en el que los límites y los conflictos son planteados desde la comunicación y el desarrollo de la moral autónoma, ahondan aun más en el crecimiento interior de niños/as desde los primeros años de vida.
Estos entornos de educación democrática y crianza familiar (en comunidad) facilitan la maduración del sistema inmunológico en su adaptación y adecuación al medio en el que niños y niñas están más protegidos de virus, bacterias y hongos que en lugar de estar en equilibrio con el ecosistema se reproducen de forma patógena atacando al organismo aun más indefenso de niños/as.
No parece posible que un organismo que empieza a interaccionar y conocer el medio en el que vive, que está siendo sujeto a una medicina intervencionista mediante continuas vacunaciones y medicalización, puede crecer fuerte y sano en los entornos de guarderías, donde ya anuncia la Asociación de Española de Pediatría, a través de su Presidente Carlos González que los niños/as se encuentran expuestos a más de 200 patógenos para los que todavía su pequeño organismo no está preparado, insiste en la idoneidad de retrasar por lo menos hasta los dos años la institucionalización masiva de la que están siendo objeto bebes/as con cuatro y siete meses (poner artículo de reunión en Sevilla).
Insistíamos en aquellos dos textos en la importancia de la Pedagogía Orgánica como re-conexión del ser humano con los procesos biológicos que tanta relación guardan con los propios procesos perceptivos, relacionales, evolutivos y psicosociales que pone en marcha el bebe/a y el niño/a de 0 a 6 años. Y trazábamos una línea que no debíamos cruzar en la familia, la escuela y los contextos de educación social relacionada con la artificialidad, la tecnologización, la saturación de actividades, la delegación de responsabilidades propias de la familia, exigencias del mundo adulto y el ritmo acelerado en el que viven y crecen los/as bebés/as y niños/as desde su nacimiento. Fundamentalmente, por el riesgo que está suponiendo el padecer patologías relacionadas con el sueño, con el funcionamiento del aparato digestivo, estrés, dependencia afectiva-emocional por situaciones vividas como de abandono, bloqueos emocionales, desajustes en el sistema inmunológico y trastornos por déficit de atención e hiperactividad (famoso TDAH).
Probablemente lo que hoy no hagamos pensando en el interés del bebé/a y niño/a como familia y sociedad tendrá su precio que padres, madres y sociedad en general terminará pagando, con la seguridad de que la prevención causa menos dolor, sufrimiento y costes económicos a las familias y a las arcas del Estado. Por tanto todo lo que seamos capaces de hacer para construir entornos preparados y respetuosos con el crecimiento interior de bebés/as y niños/as irá en benefició en primer lugar de ellos/as y paralelamente de todas las familias y la sociedad.
Recientemente también planteábamos alguna estrategia educativa que podía dar resultados altamente satisfactorios para prevenir y tratar el TDAH y como herramienta didáctica para desarrollar el pensamiento lógico-matemático, la comunicación oral y escrita, las relaciones sociales, y otras competencias básicas, y volvemos a insistir en la idoneidad de este texto:
El Ajedrez un recurso educativo para Raíces y Flores: Espacio de Crianza en Comunidad, porque recientemente en las Jornadas
TDAH: alternativas al tratamiento con medicamentos. "
Comprender las causas, prevenir y abordar sin fármacos el trastorno por déficit de atención con y sin hiperactividad"
se ha planteado precisamente por Dr. Hilario Blasco, Psiquiatra Infantojuvenil, el interés de utilizar este deporte-juego-ciencia como modo de dar jaque mate al TDAH.
Por último nos gustaría llamar la atención sobre el artículo publicado hace algunas semanas por Esther Vivas, que lleva por título:
“Del campo al aula: comida buena y justa”, en el que hace referencia a la relevancia que tiene para la formación de niños y niñas que las comidas de los famosos cátering sean sustituidas por otras caseras elaboradas con productos procedentes de productores/as locales y que faciliten el conocimiento sobre su procedencia, proceso producción, distribución y los valores ambientales de todos estos procesos. Porque es crucial frenar el proceso de analfabetización ambiental de que son objetos niños/as y jóvenes en la sociedad, familias y sistema educativo, que en lugar de apoyar la formación y crecimiento de estos en contacto cotidiano con entornos naturales, como propone Educar en Verde, sustituye procesos de aprendizaje experiencial por simulaciones que no reflejan la riqueza de estímulos, oportunidades y experiencias que proporciona el campo para conocer de dónde procede lo que consumimos, como conviven los seres vivos, que repercusiones tienen nuestros estilos de vida sobre el planeta, cómo podemos cambiar hábitos por otros más saludables y respetuosos con la salud de la madre Tierra, etc.
Comer en familia, dar a la comida la trascendencia educativa que posee, implica no sólo la ingesta de productos, sino la producción de la materia prima, la preparación de la comida, la importancia de saber comer de modo equilibrado y disfrutar del entorno de comunicación que nos proporciona la mesa, y esto es posible en la familia, o en lugares pequeños donde la cocina forma parte de la propia vida cotidiana del niño/a, y el/ella son protagonistas de la preparación de la comida y su alimentación.
No olvidemos que lejos de las recomendaciones de algunos/as profesionales y progenitores, la formación en la alimentación se construye desde los primeros meses de vida en el hecho de compartir con padre y madre el placer por comer, alimentarse y conversar entorno a la comida. De este modo se despierta el deseo y la curiosidad del bebé/a por empezar a probar los primeros bocados, cuando aún carece de dentición para cortar y triturar, pero empieza a interaccionar con los primeros alimentos más blandos, protegido por la atenta mirada de su familia y del instinto…. Que le ayudará durante los diez primeros meses a no ahogarse.
Mientras el bebé/a anida en el regazo de la madre, apoyado en un cojín de lactancia para hacer más fácil su lactancia y la ingesta de alimentos de su madre, el niño/a va aprendiendo a comunicarse en un espacio que después será de disfrute para toda la familia, y que depende de estos primeros momentos de vida.
Jorge Ruiz Morales
Pedagogo, Educador en Raíces y Flores y miembro de la Asociación Enredando Encuentros "Redes de Desarrollo a Escala Humana".