martes, 26 de noviembre de 2013

Semana de celebraciones y tertulias... vaya alubión..

El pasado miércoles 20 de noviembre nuestra hija, Iris, cumplía su primer año, precisamente el mismo día que Estefi y yo celebramos nuestro aniversario, los destinos se encuentran también en los nacimientos, así es que decidimos hacer nuestra fiesta familiar en uno de los rincones más maravillosos de Andalucía, el Pinsapar, en el Parque Natural de Grazalema.




Nada tan majestuoso como un bosque de Pinsapos que nos recuerdan nuestras raíces, cuando la península ibérica se encontraba repleta de árboles y una ardilla podía cruzarla sin pisar el suelo, por lo menos eso nos contaron, y merece la peña guardarlo en el recuerdo. Como nuestra experiencia de vivir los pasos de Iris en el camino, el frío en las mejillas, la brisa en nuestros rostros y la fuerza de nuestro amor.

Venían a nuestros recuerdos muchos de los instantes vividos cuando nació Iris, las primeras miradas, alguien escribió una vez que cuando un hijo te coge por primera vez de un dedo, ese dedo se queda cogido para siempre, y llevaba toda la razón, en ocasiones aun siento con que fuerza me apretó aquella manita minúscula que hoy se agarra a cada parte de mi cuerpo, sea la mano, la pierna o el hombro con la seguridad y la confianza que dan el cariño y el afecto incondicional.

Cada uno de los instantes vividos desde el martes que partimos hasta el jueves que regresamos a Raíces y Flores, merece ser guardado en un rincón de nuestros corazones, porque nada es igual cuando se hace por primera vez, y esta era la ocasión para disfrutar de paisajes fantásticos, gentes amables y hospitalarias y pueblos blancos cegadores.

El sábado celebramos nuestro cumple entre familias y amigos/as, algunos/as era la primera vez que venían a Raíces y Flores, los/as niños/as disfrutaron de los espacios, la merienda, la chimenea, etc. el ambiente de cariño y afecto mostraba que grande es la comunidad cuando celebra algo tan maravilloso como el primer lustro de un retoño, el CUPLE DE IRIS, nuestra hija.





Seguiremos celebrando cada día que nos levantamos al lado de nuestra hija, porque cada mañana la vivimos como un regalo, un nuevo descubrimiento, la oportunidad de que la vida nos siga sorprendiendo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario