La comunidad educativa se nutre con la praxis, y se hace con el roce y la convivencia, de este modo vamos incorporando a dos personas que Alejandra, Celia e Iris han recibido con alegría, entusiasmo, cariño y confianza.
Esta apuesta por nuestro proyecto socioeducativo, que realizan ya dos familias, y a esperas de que se incorpore el próximo lunes una nueva, empieza a dar sentido a tanto tiempo de trabajo, dedicación, esfuerzo, formación, investigación y constancia. Porque nuestra experiencia se parece más a esa fábula de la liebre y la tortuga.
Mientras tanto este lunes han llegado primero un payaso, y después tambor, como siempre de sorpresa en sorpresa las que nos proporcionan los/as niños/as y las que nuestro equipo pedagógico prepara con cariño, porque cada día es nuevo, diferente, excitante y apasionante.
La educación es pasión, preparación, intencionalidad y mucha reflexión, cada día que sistematizamos nuestro trabajo vamos descubriendo como se puede aprender desde una perspectiva lúdica, divertida, dinámica, provocadora, sugerentes y relevante.
Cada instante encierra la oportunidad de aprender, la comida, el juego simbólico, la lectura de cuentos, la decoración de nuestras caras, la construcción de artefactos y disfraces, el descanso, el acercamiento al ajedrez y a la música. La interacción social y el respeto a los límites con cariño y seguridad.
La autonomía, destreza y seguridad que muestran los/as niños/as en Raíces y Flores guardan relación con la coherencia entre los principios pedagógicos y metodológicos, en conexión con la labor imprescindible de las familias. Sólo se pueden entender los cambios que experimentan en poco tiempo, y en muchos casos con una presencia tan puntual de un día a la semana, salvo Elhoy que permanece todos los días desde las 10:00 hasta las 15:00 horas, por el respeto que procesamos a su desarrollo, investigación, actividades espontáneas y el afecto con que tratamos a niños y niñas.
Cada momento cuenta en la vida de un niño/a, y es apasionantemente interesante, o ensordecedoramente aburrido y frustrante, depende en gran medida de la labor de los profesionales y personas adultas que facilitamos procesos socioeducativos.
En Raíces y Flores estamos convencidos que la tenacidad, creatividad e implicación con la que realizamos nuestro trabajo, junto con la apuesta de familias que van incorporándose a nuestro proyecto, hará de esta una iniciativa que a buen seguro será un espejo en la que mirarse en un futuro a medio y largo plazo. De hecho son las propias familias las que dan sentido comunitario a nuestras acciones y de ese modo concebimos el Espacio Abierto de los viernes. Que este último estuvo dedicado a la siembra de hortalizas de temporada, pimientos, tomates, calabazas, melones, etc. Variedades autóctonas que previamente intercambiamos con nuestros vecinos Luz Marina y Daniel, dos apasionados de la agricultura urbana, que cultivan y forman parte de la comunidad de hortelanos de los Huertos Sociales en Almensilla.
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